5 Lecciones aprendidas de una mujer emprendedora

Ser emprendedora tiene sus ventajas, pero también conlleva muchos desafíos. Para las mujeres, en particular, hay también la necesidad de equilibrar familia, amistades y tiempo para uno mismo. Existe una presión social para hacerlo todo, lo cual puede ser abrumador.

El emprendimiento no sigue a menudo un camino lineal, y no hay un camino seguro hacia el éxito. Sin embargo, cada desafío puede convertirse en una lección, lo que ayuda a aligerar la carga y a hacer el camino más fácil con el tiempo. Aquí hay algunas lecciones clave que he aprendido en el camino y cómo han dado forma a mi trayectoria.

Lección #1: Superar el síndrome del impostor

Existen problemas únicos que enfrentan las mujeres que no afectan con frecuencia a los hombres de la misma manera. La auto-duda es demasiado común entre las mujeres emprendedoras, ya que históricamente nos ha resultado más difícil que se nos tome tan en serio o se nos den las mismas oportunidades que a los hombres.

Consecuentemente, la investigación muestra que las mujeres experimentan el síndrome del impostor a una tasa más alta que los hombres. Y como resultado, las mujeres a menudo sienten que no tienen el conocimiento o las habilidades para iniciar su propio negocio. Aunque superar estos sentimientos lleva tiempo, una forma es celebrar los logros, grandes y pequeños.

Además de no sentirse lo suficientemente capaz, las mujeres a menudo minimizan sus éxitos. En lugar de centrarse en la sensación de no ser lo bastante bueno, enumera los logros y úsalos para ilustrar tu capacidad para enfrentar nuevos desafíos. También deja de lado los sentimientos de perfeccionismo, ya que ser emprendedor implica mucha prueba y error. Con todos los factores que podrían estar frenándote, no permitas que tú misma seas uno de ellos.

Lección #2: Buscar apoyo profesional

Es fácil sentirse excluida en un mundo empresarial dominado por hombres, lo que hace importante encontrar un grupo colaborativo de apoyo femenino al construir tu marca. Las mujeres aportan una perspectiva única, y compartir desafíos y soluciones sobre sus respectivas empresas crea una sensación de conexión y crecimiento.

Además, como emprendedora, la aspecto individual puede sentirse aislante, por lo que es importante encontrar recursos que brinden ese apoyo. Comienza a nivel local investigando grupos y oportunidades de networking femeninos. Lugares como HeraHub y otros espacios de coworking son buenos puntos de partida, ya que ya cuentan con una comunidad integrada. Además, busca en tu biblioteca y en las redes sociales personas con las que conectarte y oportunidades para participar. Algunas de las mejores relaciones entre pares comienzan en línea, así que aprovecha la tecnología y programa encuentros virtuales y presenciales para compartir experiencias e ideas.

Lección #3: Siempre estar aprendiendo

El emprendimiento es una maratón, no una carrera de velocidad. Debes tener disposición para aprender. Sal de tu zona de confort y aprende de otros a través de seminarios web, clases y eventos de habla. Cuanto más conocimiento puedas absorber y aplicar a tu trabajo, más podrás mejorar tu enfoque.

Nunca llegará el momento en que «lo sepas todo». Hay infinitas maneras de expandir tu negocio y posicionarte de una manera mejor para el futuro. Invierte en tu educación continua y prioriza las nuevas tendencias que puedan ser relevantes para dar forma y evolucionar tu negocio de manera constante.

Esto puede incluir aprender la última plataforma de redes sociales, crear una nueva fuente de ingresos o evaluar tu plan de negocios actual para ver qué funciona y qué no. Como emprendedora, se requiere mucha investigación y desarrollo antes de «hacerlo bien», y ampliar tu red y educación solo puede ayudarte a largo plazo.

Lección #4: Priorizar el autocuidado

Muchas mujeres ingresaron originalmente al emprendimiento para liberarse del modelo laboral tradicional de 9 a 5. Sin embargo, trabajan incluso más horas porque no tienen límites establecidos. Alternativamente, puede ser difícil sentirse motivada cuando eres la única a cargo. Entonces, ¿cómo evitas el agotamiento y al mismo tiempo mantienes la motivación?

La respuesta es el autocuidado. En nuestra búsqueda del éxito, a menudo olvidamos planificar tiempo para nosotras mismas. No tomamos descansos, y mucho menos vacaciones, y terminamos trabajando más de lo que lo haríamos en un trabajo tradicional en una oficina. Independientemente de cuánto disfrutes del trabajo que haces, debes cuidar tu salud física y mental.

Mantente activa con una membresía de gimnasio y tiempo para hacer ejercicio al aire libre. Come de manera saludable y mantente hidratada. Y duerme lo suficiente. Date un facial. Estos hábitos fundamentales a menudo son pasados por alto. Si bien los placeres también son beneficiosos, los hábitos sólidos son esenciales para mantenerte en un espacio saludable.

Lección #5: Toma más riesgos

Aquí hay un secreto: el primer riesgo que tomas es el más difícil. Después de eso, te das cuenta de que eres más capaz de lo que pensabas que podrías lograr. Dar un salto hacia lo desconocido da miedo, pero es necesario para el crecimiento. El futuro favorece a los valientes. También has dado el primer paso como emprendedora, pero probablemente sea el primero de muchos.

Para que el riesgo parezca menos aterrador, traza tu plan. Pregúntate a ti misma, ¿cuáles son tus objetivos? ¿Cuál es mi pasión? ¿Cómo los alcanzarás? Pero la pregunta más importante es: ¿cuánto sufrirás si te quedas exactamente donde estás? No hay garantía de lo que depara el futuro, pero si estás infeliz o insatisfecha con tu situación actual, la única solución es probar algo diferente.

Cuando te honras a ti misma y sigues tu verdadero propósito y pasión, la recompensa supera el riesgo. Incluso los planes mejor elaborados tienen sus desvíos, así que sigue un camino que eventualmente te llevará a donde quieres estar.