Facebook se ha visto envuelto en otra colosal controversia relacionada con la forma en que su red social multimillonaria ha sido abusada por los malos actores. Esta vez, el culpable es Cambridge Analytica, una firma de análisis de datos utilizada por la campaña del presidente Donald Trump durante las elecciones estadounidenses de 2016 para apuntar anuncios electorales en Facebook. Resulta que Cambridge Analytica utilizó mal los datos de usuarios de hasta 50 millones de usuarios de Facebook a través de su empresa afiliada de investigación de comportamiento, Strategic Communication Laboratories, que violó los términos de servicio de Facebook adquiriendo dichos datos de una aplicación de terceros y supuestamente mintiendo sobre cuándo datos fueron eliminados y cómo fue utilizado.

El anuncio se realizó el viernes para anticiparse a la publicación de dos informes taquilleros de The New York Times The Guardian que presentan los reclamos del ex empleado de Cambridge Analytica y denunciante Christopher Wylie, quien dice que los datos formaron la base del conjunto de herramientas electorales de la firma. En unos pocos días, las historias han cuestionado la totalidad de la plataforma de anuncios de Facebook, las prácticas de recopilación de datos de sus servicios de terceros que usan API y el compromiso de la compañía con la privacidad del usuario y la vigilancia de su plataforma. Facebook suspendió Cambridge Analytica y Strategic Communication Laboratories. Sin embargo, las consecuencias de las acciones de las dos empresas -y los débiles intentos de Facebook de asegurar que los datos no hayan sido mal utilizados- han provocado la condena generalizada de políticos y críticos de tecnología obligó a Facebook a contratar un equipo forense digital hoy para investigar la situación.